16 de febrero de 2016

La ciencia de lo común, o lo común de la ciencia. Hacia otra formación en investigación




"Los ‘hechos’ científicos son enseñados en una edad muy temprana en la misma forma en que los ‘hechos’ religiosos lo eran sólo hace un siglo. No se hace ningún intento de despertar las capacidades críticas del estudiante de modo que pueda ver las cosas en perspectiva" (Paul Fayerabend)


En las clases de introducción a la metodología de investigación, de la carrera de promoción de la salud, hemos empezado a imaginar otra forma de enfrentar la formación de la investigación. La propuesta ha ido tomando forma durante las primeras clases de la siguiente manera: en las aproximaciones clásicas de la construcción de conocimiento, la metodología es el núcleo de la disciplina a través de la cual se supondría que los sujetos nos desprendemos de nuestras formas cotidianas de pensamiento y acción, para adoptar maneras especializadas, técnicas y procedimientos, que garantizarían que el conocimiento se construya de forma autónoma a la sociedad y la subjetividad de quienes investigan. Alejamiento y distanciamiento, como me hacía notar el otro día mi amiga María José, son términos muy usados en las ciencias sociales, lo mismo en enfoques cualitativos que en cuantitativos, alejamiento del investigador de su objeto de estudio.

Los cursos de metodología parten del supuesto de que l@s estudiantes no saben pensar científicamente, y proponen enseñar el camino correcto: el método. Se continúa así un currículum, iniciado desde la educación básica, que mistifica la ciencia y el conocimiento, y que en el nivel universitario se propone, como decía Foucault, constituir "un sistema de control en la producción de discurso, fijando sus límites por medio de la acción de una identidad que adopta la forma de una permanente reactivación de las reglas" (cit. en Wallerstein, 2007: 37). Esa identidad ordena que se repudien las formas de lo cotidiano, los lenguajes que usamos, las maneras de estar, de resolver problemas, de crear, los saberes de nuestros padres y abuelos, los ingenios del barrio, la intuición y la corporalidad. Es el discurso académico el que de principio crea las distinciones, las dicotomías y las fragmentaciones: entre la cultura escrita y la cultura oral, entre la razón y la emoción, entre lo científico y lo político. 

¿Cómo aprender las metodologías de las ciencias sociales sin reproducir la asimetría, desde la que sólo los conceptos y las prácticas disciplinadas tienen el derecho de conocer el mundo?, ¿Cómo aprender a construir conocimiento sin alejarnos de la gente, sin censurar los discursos y las formas de lo cotidiano?


Estos días me encontré con un texto de Jesús Martín-Barbero que cuenta un caso de algo que se repite incesantemente en las escuelas y universidades: 


"Un amigo psicólogo que hacía su tesis hace un año en ciudad Bolívar, la enorme subciudad repleta de desplazados por la guerra que vive Colombia, venidos del país entero y muchos de la Costa atlántica y Caribe, observó cómo en una escuela al mismo tiempo en que los maestros y maestras trataban de educar a los niños y las niñas costeños destruían las bases de su propia cultura. Pues resulta que el vocabulario de los costeños no tiene nada que ver con el vocabulario de los nativos de Bogotá y mucho menos con el de los libros que se leen en las escuelas de Bogotá. Con el agravante de que la riqueza de ese vocabulario está profundamente ligada a una enorme y anárquica creatividad gestual y narrativa. Confundiendo hablar distinto con hablar mal, los maestros se propusieron enseñar a los niños costeños a hablar bien. ¿Con qué resultado? ¡Un año y medio después mi amigo psicólogo se encontró con que los niños de esa escuela se habían vuelto mudos! Porque ahora sólo hablaban cuando estaban seguros de saber decir las cosas con las palabras que estaban en los libros." (2009: 27)


Se trata pues de no "confundir hablar distinto con hablar mal", de no quedarnos mudos, se trata de intentar formas de poner a la metodología en una "simetría cosmopolita", usando la expresión de Latour, con nuestra cultura, nuestro mundo, nuestras maneras de estar en el mundo. Partiendo de que la dicotomía cultura-escrita-académica-científica vs cultura-oral-cotidiana-popular: 1) empobrece la comprensión acerca de la construcción de conocimiento, y 2) censura nuestras maneras de comprender y estar en el mundo, intentaremos en este curso estudiar y vivenciar las metodologías como prácticas cotidianas en las que se entrelazan, contradicen y confunden la ciencia y la vida.



Las ideas de ciencia corrientes a las que estamos acostumbrados resaltan esta autonomía del conocimiento científico, que se anuncia independiente de la vida social. Por ello comenzamos a explorar qué entendemos por metodología a partir de la vida cotidiana, dejando que las ideas puedan expresarse antes de corregirlas. Los equipos del grupo vespertino elaboraron representaciones para una definición verbal en la que todos concordaban, aquella que dice que la metodología "es una serie de pasos para conseguir un objetivo de investigación". Gracias a la expresión escénica esa definición verbal,  escolar y homogénea, se vio empalidecida frente a una diversidad de escenarios y situaciones, desde la avería de una computadora, hasta el aprendizaje del baile, pasando por el horneado de un pastel, la visita al médico y el transporte colectivo, desde donde pudimos iniciar la reflexión sobre lo cotidiano y el conocimiento.

Otro aspecto, que ha ido apareciendo estas primeras clases, es la relación de la metodología con el campo de problemas, temas y prácticas de la promoción de la salud: la forma de enseñanza tradicional de la metodología y las cuestiones epistemológicas plantea discusiones generales desligadas de escenarios situados, como si los/las investigadoras indagaran en un espacio sin contexto. Hemos visto, al analizar noticias de la prensa, el valor formativo que puede tener el análisis crítico de la relación entre conocimientos científicos y/o técnicos con la sociedad en temas de salud. Problemas como políticas públicas de salud, derechos de salud o salud comunitaria, pueden ser abordados desde este enfoque y con ello plantear en la formación de las y los promotores la importancia de la comunicación entre saberes, y de las  herramientas de traducción entre diferentes especialistas y la gente.


Si queremos aprender el lenguaje de la metodología, como otro lenguaje con el que podemos interactuar, jugar y adaptar, entonces rechazamos una enseñanza de la metodología que/cuando:

-se impone como la única vía (única verdad, camino, herramienta...)
-se presenta descontextualizada/despolitizada 
-no se puede mezclar o re-mezclar
-nos separa de la gente

Una nota sobre el programa oficial de estudios de esta asignatura. La crítica que se hace aquí a la enseñanza de la metodología se observa también en el programa, cualquiera que lo lea (enlace) podrá notarlo por sí mismo. Sin embargo, nuestra propuesta retoma los propósitos del programa (como se señala más adelante en las líneas de acción).  



Comenzamos a hablar de las formas en que la gente conoce e investiga, y nos sorprendimos de la riqueza y diversidad de todo lo que sabemos sobre investigar "in the wild". Por ejemplo, para la pregunta "¿cómo investiga la gente?" el grupo matutino dio las siguientes respuestas: a través de la indagación, la observación... deducen a través de rumores... observando por ventanas... intuiciones, hacen preguntas, y relatan algún acontecimiento... con Internet, experiencia, revistas, libros y medios de comunicación... chismeando y en reuniones... consultando a la abuelita. En cambio sabemos muy poco de los expertos, ellos sólo investigan: mediante datos, estadísticas, documentales, libros y teorías. Eso si, parece que no se mezclan, que hacen cosas muy diferentes. Sin embargo, platicamos que hay mucho que tienen en común, empezando porque ambas actividades las hacen personas de carne y hueso en escenarios sociales. Por ejemplo, que la tradición oral tienen un papel en ambas. Alguien dijo "es más verdadero lo que investigan los expertos", y nos preguntamos si eso es así, si ¿aprender a indagar por ejemplo, como una de las respuestas dice, "metiendo la pata", es menos verdadero que hacerlo con un método? 

¡¿QUÉ VAMOS A HACER ENTONCES, PROFE?!

Para guiar, pero no para restringir, hemos propuesto las siguientes líneas de acción (las cuales ampliaremos en posteriores entradas de este blog):


1] Trabajar de manera colectiva sobre el núcleo que hemos llamado "Metodología de lo cotidiano, o lo cotidiano de la metodología", o de de manera más sencilla "La ciencia de lo común, o lo común de la ciencia". Como decían dos estudiantes, se trata de que ambos extremos de la dicotomía "van juntos con pegado", entrelazados. A partir de la conversación, de las ideas, proyectos, acciones, búsquedas, discusiones, imágenes, lugares, historias que løs participantes compartan y construyan sobre la provocación inicial del núcleo, generaremos iniciativas de trabajo colectivo (no proyectos de investigación) que nos permitan aprender que la metodología:

-es una vía junto a otras (de conocimiento y acción)
-está contextualizada/politizada
-se puede mezclar y remezclar
-puede ayudarnos a relacionarnos y participar con la gente 



2] Análisis crítico de la relación entre conocimiento científico y/o técnico con la sociedad, haciendo énfasis en temas de salud. En este sentido iniciamos la pesquisa de noticias que contengan estos tres elementos (ciencia, sociedad y salud), y su discusión en clase. Este análisis propone a los estudiantes de promoción de la salud enfocar cómo los conocimientos y dispositivos  científico/técnicos se insertan en dinámicas complejas económicas, institucionales, políticas y culturales. Dos textos se proponen para estas acciones, las Cartas sobre las humanidades científicas de Bruno Latour, y Némesis médica: la expropiación de la salud de Ivan Illich (ambos se encuentran para descarga en los links al final de este post y en la página de textos) [Nota: este punto integra el propósito del programa del curso de que "el/la estudiante se aproxime a cómo se construye el conocimiento en ciencias sociales", a través de un enfoque de estudios sociales de la ciencia]

3] Herramientas para una metodología abierta. Tomando en cuenta que la formación en investigación de los estudiantes continuará en otras asignaturas y semestres, este curso, más que introducción, propone ejercitar un sentido crítico, personal y colectivo de la metodología, que en mucho dependerá de la apropiación (juego, adaptación) que haga de las herramientas propuestas.    



  1. Herramientas de crítica epistemológica: categorías útiles para situar los discursos científicos y dialogar con ellos.
  2. Herramientas comunicativas y dialógicas: enfocar el sentido comunicativo de la investigación con personas, grupos y comunidades, comprendiendo que las herramientas se modifican por (y modifican) el contexto en el que se utilizan. 
  3. Herramientas de interpretación: importancia del pensamiento propio y el desarrollo de una mirada, a partir de procesos creativos que parten de relaciones con personas, sus formas de hablar y ser. Reflexión sobre la ética social.

Se proponen dos textos de referencia:
 Investigación cualitativa y subjetividad de González Rey, e Ilusionismo social. Más allá de la última frontera metodológica, de Encina y Ávila.

4] Como hemos platicado en estas primeras semanas de clase, buscamos que el trabajo que hacemos en este curso nos permita experimentar otra forma de aprender y enseñar

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Encina, J. y Ávila, L. (2010) Ilusionismo social. Más allá de la última frontera metodológica. En Encina, Ávila y Lourenco (coord.) Las culturas populares. Sevilla, Atrapasueños.

González Rey, F. (2006) Investigación cualitativa y subjetividad. Guatemala, Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala.

Illich, I. (1975) Némesis médica: la expropicación de la salud. Madrid, Barral.

Latour, B. (2010) Cogitamus: seis cartas sobre las humanidades científicas. Madrid, Paidos.

Martín-Barbero, J. (2009) Cuando la tecnología deja de ser una ayuda didáctica para convertirse en mediación cultural. Revista Electrónica Teoría de la Educación, Vol. 10(1), pp. 19-31

Wallerstein, I. (2007) Abrir las ciencias sociales. México, Siglo XXI.




7 comentarios:

  1. Porque nos ha gustado mucho, queremos hacer esta aportación para seguir profundizando y debatiendo, aquí escribimos algo sobre investigación, lavadoras y complejidad: http://ilusionismosocial.blogspot.mx/2015/04/lavadoras-complejidad-y.html Besossss

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    1. gracias Ilusionistas! lavaremos la ropa sucia en vecindad ;-)

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  2. Me agrada su forma de pensar y de como esta llevando la clase para nosotros de "promo". me ha agradado tomar tu clase, ya que tienes un lenguaje bastante extenso (eso es de admirar, almenos para mí) espero poder aprender muchísimo de tí en este semestre.

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    1. hola Quetzali: ustedes de promo me enseñan muchas cosas... me da un poco de penita cuando me dicen que enseño mucho, yo no enseño enseñando, jeje, enseño en todo caso conversando, haciendo, compartiendo y aprendiendo, recuerda que no se aprende de una persona sino CON una persona :))

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  3. Escribirnos Lur, hermoso material que has recuperado y compartido de tus clases,en el que las ideas, propuestas y perspectivas sobre metodología me hacen recordar, sentir, revivir los diferentes momentos que aprendí en la polvorilla con los niños y con el grupo, pues el simple hecho de acomodar toda esa vivencia en apartados, capítulos, conclusiones, entre otros, que escribiré en la tesis, siento que me arrebata lo vivido de la experiencia vinculado a mi inquietud de conocer, de los encuentros, los afectos, las emociones, el aprendizaje, las actitudes, las dificultades, las actividades para conceptualizarlas. Observé un problema con esta lectura; decidir escribir esa complejidad en una tesis me arrastra de pronto a incluir las exigencias de la academia de ciencias sociales que no tendría que generar angustia... Saludines y me ancantó la imagen de los círculos!!

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    1. vamos transformando querida Ju, vamos caminando, reconociendo nuestros temores y anhelos, hacia espacios que puedan ser nuestros, deseados. Las academias torturan, pero no dejaremos que esa tortura nos degrade, aquí y ahora, gracias :)

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